Es un enfoque terapéutico de intervención que permite al cliente tener el control de su propia terapia, se considera que es completamente libre de expresarse y ser un agente activo del cambio.

 Esta forma de terapia fue creada por el Psicólogo Norteamericano Carl Rogers, quien se interesó en resaltar las características positivas del ser humano, descartando las enfermedades mentales y acuñando disfunciones de vivir.

 ¿Por qué utilizar esta terapia?

El terapeuta se concentrará en tus necesidades y no en sus propias necesidades.

 Consideramos que la experiencia del individuo es su realidad y por tal centraremos nuestra atención en ti y no en los problemas que puedas tener.

 Entrarás en un proceso interventivo simétrico, en donde el terapeuta construirá una relación interpersonal cercana contigo, a través de la cual se puede generar un cambio significativo.

El terapeuta aceptara de manera cálida tu experiencia, sin importar cuál sea esta.

 Podrás asistir a un proceso individual o grupal, este último facilita la movilización del grupo a través del proceso de los demás.

 Te respetamos y aceptamos como un individuo racional, que cuenta con las capacidades para el cambio.